1990 agosto 30
Estoy en medio del desastre sin saber qué hacer. Todo empezó con la lluvia de anoche. Las pelotudas de arriba, como siempre, indiferentes a que hay otros seres en el mundo, dejaron que la rejilla del patio se tape y empezó a entrar agua en mi cielo raso. En un momento se englobaron los miles de litros de agua y todo cayó como un diluvio sobre mis muebles, mi ropa, mis libros y aquí estoy, sin saber qué hacer. Mi vida es cada día un naufragio.