1990 agosto 30

Estoy en medio del desastre sin saber qué hacer. Todo empezó con la lluvia de anoche. Las pelotudas de arriba, como siempre, indiferentes a que hay otros seres en el mundo, dejaron que la rejilla del patio se tape y empezó a entrar agua en mi cielo raso. En un momento se englobaron los miles de litros de agua y todo cayó como un diluvio sobre mis muebles, mi ropa, mis libros y aquí estoy, sin saber qué hacer. Mi vida es cada día un naufragio.

1975 setiembre 17

Hoy tuvimos libre la hora de matemática. Me quedé mirando la ventana que da a Moreno y en la casa de enfrente, en la terraza, contra la pared, crecía un helecho. Todo estaba iluminado por el sol y sentí que ver eso era algo maravilloso. Quizá no pueda explicarlo mejor, sólo se que me quedé un rato absorto. Luego vinieron Chita, Cuti y el flaco y me sacaron de eso y volvi a todas las pelotudeces de las horas libre. ¿Será esto lo que los místicos llaman éxtasis divino?

1989 agosto 24

Hoy justo se cumple un año de que el Turquito y yo somos amantes. Por un lado siento toda la culpa de engañar a Marcela, hay veces que no puedo mirarla a la cara, hay momentos que rehuyo el sexo con ella como si estuviera contaminado, pero luego pienso que el Turquito es lo mejor que me pasó en la vida y que si tengo que privarme de sus caricias la vida no tendría sentido ¡qué difícil es todo!

1981 agosto 22

Hoy tuve un quiilombo espantoso en la oficina y lo peor es que fue mi locura nomás. Estaba en la cocina cambiando la yerba del mate al mismo tiempo que Esteban y como él vaciaba la yerba en el tacho al mismo tiempo que yo me ataqué y le dije de todo. Mientras me miraba sorprendido con sus grandes ojos negros le dije más cosas, todas de mierda, cosas que no pienso sobre él, pero tenía necesidad de atacarlo, patearlo sacarlo de su asquerosa mansedumbre. Se fue y se encerró en su oficina y, al rato, como siempre, me bajó la ficha y me sentí tan culpable que fui a pedirle perdón y cuando entré lo ví que estaba llorando.